miércoles, 9 de marzo de 2011

Los niños arqueólogos de Ventarrón

Lambayeque. Iniciativa educativa regional. Estas vacaciones fueron especiales para los niños que viven en la zona donde se habría originado la cultura moche. Texto y fotos de Antonio Bazán. Viven en el Complejo Arqueológico Ventarrón, donde el viento sopla despiadado haciendo gala de su nombre. Juegan a aprender en el mismo lugar donde Ignacio “Nacho” Alva y los exploradores de la Unidad Ejecutora Naylamp, devolvieron a la superficie en el 2007 un monumental santuario religioso de 4.000 años de antigüedad –contemporáneo a Caral– pieza de un rompecabezas que presentó al mundo la génesis mochica, o lo que es igual, la cuna de la cultura norperuana. Alva Meneses, su esposa Mariella Pérez y sus hijos Andrés (9), Lucía (7) y Rumi (5), viven y trabajan en Ventarrón. Y ahora participan en el proyecto “Mi pequeño arqueólogo”, impulsado por el profesor José Luis Delgado y un grupo de jóvenes entusiastas. El proyecto ya es una realidad gracias a la entusiasta participación de niños de la localidad. Con un estilo muy suyo, Nacho Alva se sienta al lado de los niños y con ellos comparte, como narrando un cuento, la introducción a la ciencia general y arqueológica, así como la historia de la arqueología y los métodos de esta. Ya en la práctica, los pequeños de Ventarrón han aprendido a aplicar técnicas como la prospección y seriación de cerámica. Esta semana tuvimos la suerte de encontrar a un grupo de veinticinco niños trabajando en una réplica de excavación moche. Todos sonreían, nadie se quejaba, todos aprendían. Provistos de brochas, baldes, pinzas y cernidores, los niños arqueólogos excavaron, ordenaron, identificaron y clasificaron las piezas halladas bajo tierra. La intención a mediano plazo –explican Alva y Delgado– es que este piloto se replique en otras zonas arqueológicas de Lambayeque. Y luego, se incluya en el currículo educativo regional. Pero antes deben demostrar que el experimentó funcionó. Pero para hacerlo, para sumar a favor de nuestro patrimonio y de las nuevas generaciones, los promotores de la idea necesitan del apoyo del gobierno regional y nacional, a los que esperan encontrarse a mitad de camino, cuando ellos vayan a tocarles la puerta y las autoridades los busquen en Ventarrón.

 Las clases terminan mañana domingo, a propósito del inicio del año escolar. “La investigación y el desarrollo de la comunidad son dos pilares que siempre van juntos”, sostuvo Alva, mientras que Delgado afirma que de esta manera entregan la posta arqueológica a los niños.