Lambayeque. Iniciativa educativa regional. Estas vacaciones fueron especiales para los niños que viven en la zona donde se habría originado la cultura moche. Texto y fotos de Antonio Bazán. Viven en el Complejo Arqueológico Ventarrón, donde el viento sopla despiadado haciendo gala de su nombre. Juegan a aprender en el mismo lugar donde Ignacio “Nacho” Alva y los exploradores de la Unidad Ejecutora Naylamp, devolvieron a la superficie en el 2007 un monumental santuario religioso de 4.000 años de antigüedad –contemporáneo a Caral– pieza de un rompecabezas que presentó al mundo la génesis mochica, o lo que es igual, la cuna de la cultura norperuana. Alva Meneses, su esposa Mariella Pérez y sus hijos Andrés (9), Lucía (7) y Rumi (5), viven y trabajan en Ventarrón. Y ahora participan en el proyecto “Mi pequeño arqueólogo”, impulsado por el profesor José Luis Delgado y un grupo de jóvenes entusiastas. El proyecto ya es una realidad gracias a la entusiasta participación de niños de la localidad. Con un estilo muy suyo, Nacho Alva se sienta al lado de los niños y con ellos comparte, como narrando un cuento, la introducción a la ciencia general y arqueológica, así como la historia de la arqueología y los métodos de esta. Ya en la práctica, los pequeños de Ventarrón han aprendido a aplicar técnicas como la prospección y seriación de cerámica. Esta semana tuvimos la suerte de encontrar a un grupo de veinticinco niños trabajando en una réplica de excavación moche. Todos sonreían, nadie se quejaba, todos aprendían. Provistos de brochas, baldes, pinzas y cernidores, los niños arqueólogos excavaron, ordenaron, identificaron y clasificaron las piezas halladas bajo tierra. La intención a mediano plazo –explican Alva y Delgado– es que este piloto se replique en otras zonas arqueológicas de Lambayeque. Y luego, se incluya en el currículo educativo regional. Pero antes deben demostrar que el experimentó funcionó. Pero para hacerlo, para sumar a favor de nuestro patrimonio y de las nuevas generaciones, los promotores de la idea necesitan del apoyo del gobierno regional y nacional, a los que esperan encontrarse a mitad de camino, cuando ellos vayan a tocarles la puerta y las autoridades los busquen en Ventarrón.
Las clases terminan mañana domingo, a propósito del inicio del año escolar. “La investigación y el desarrollo de la comunidad son dos pilares que siempre van juntos”, sostuvo Alva, mientras que Delgado afirma que de esta manera entregan la posta arqueológica a los niños.